El programa de inversión de 315.000 millones de euros propuesto por Juncker podría generar en la Unión Europea 2,1 millones de puestos de trabajo hasta mediados de 2018

La creación de empleo es la gran asignatura pendiente de la mayoría de los Gobiernos que tratan de dar con el antídoto para que la situación mejore en millones de hogares que no cuentan con recursos suficientes para salir adelante.

«Es una herida que sigue abierta», aseguró hace días el ministro de Economía, Luis de Guindos, que reconoció que España no saldrá de la crisis hasta que no se reduzca en 10 o 12 puntos el paro.

De ahí, que los ciudadanos más optimistas reciban con agrado el plan de inversión trienal por 315.000 millones de euros propuesto por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que podría llegar a crear 2,1 millones de puestos de trabajo para mediados de 2018 en el conjunto de la Unión Europea si se priorizasen medidas favorables a la creación de empleo, según señala el informe Una estrategia de inversión orientada al empleo para Europa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Si el proyecto del líder de la Comisión fracasa a la hora de atraer y apalancar la inversión privada, se crearían solo 400.000 ocupaciones nuevas, un dato que apenas se notaría en los 23 millones de parados de la UE.

Por contra, si el plan está bien diseñado, el número de puestos de trabajo podría alcanzar los 2,1 millones de empleos nuevos en tres años. «Es un número significativo», señaló Raymond Torres, director del departamento de investigación de la OIT.

La iniciativa de Juncker es potencialmente «una vía importante para estimular la economía real directamente», complementando «las inyecciones monetarias» anunciadas por el Banco Central Europeo, añadió, refiriéndose al programa masivo de compra de bonos de hace unos días.

«La repercusión en el empleo del programa de inversión dependerá de las características fundamentales de su diseño y del criterio de distribución», advierte la OIT, que subraya que los efectos del proyecto en el empleo «mejorarán notablemente mediante la inversión del sector privado».

Ventajas. En este sentido, el informe recomienda que los proyectos sean seleccionados en la medida en que no interfieran en la inversión privada y considera muy importante que las pequeñas empresas obtengan ventajas.

«Pueden crearse 1,8 millones de empleos directos e indirectos si el plan de inversión logra, según lo previsto, impulsar una inversión del sector privado que aumente la totalidad de los fondos invertidos en la economía», subraya la OIT.

Asimismo, la organización internacional considera que una asignación de fondos que tuviera en cuenta los niveles de paro de los distintos países miembros permitiría lograr una creación depuestos «mejor y más equitativa», facilitando alcanzar más de dos millones de nuevos contratos que, además, se localizarían en una mayor proporción en aquellos países donde el problema es más grave.

Así, Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT para España insistió en que el organismo alerta sobre el aumento del malestar social ante la falta de trabajo, y la necesidad de asegurar que las inversiones vayan a los países con mayor desempleo, como son Grecia o España».

El documento considera que estimular a los mercados «es un paso en la dirección correcta, ya que la financiación en la Unión continúa muy por debajo de los niveles que se registraban antes de la crisis y es demasiado baja para incidir de forma significativa en el paro y en el subempleo.